lunes, 25 de enero de 2010

El sol de los lunáticos

Me gustaría empezar el año en el blog con los que yo considero algunos de mis mejores versos. Se trata de una pieza escrita casi por completo con pareados y sobre un acompañamiento musical de 4x4. Además adjunto el vídeo en el que se puede escuchar recitada sobre música del compositor francés Léo Delibes y su obra Lakmé, que data de 1883.


Escribo desde el silencio del solitario
entre las voces del barrio, de este aire innecesario.
En el mar de hipocresía de tu campo semántico
nadan peces en alcohol, sale el sol de los lunáticos.

En el ático más bajo, en el metro que va al cielo,
en el whisky, en el ron, en la copa o en los hielos,
desde el suelo hasta el duelo de éste "muero pero quiero"
hacerles saber que puedo, en palabras sigo entero.

Cortado el cordón de la cortina del perdón, señor...
hice del miedo mi habitación.
En la cama donde apuesto que me acuesto con lo puesto,
me juré dejar pretextos cómodos en el sillón.

Si vivo como un diestro, pensando como un zurdo,
cómo enseñarles lo que sé, si todo lo que sé es absurdo.
Besemos caricias y abracemos besos.
En el amor el peor accidente es salir ileso.

Selvas pavimentadas, ciudades desiertas,
corazones de niños siguiendo una luz incierta,
zapatos manchados, pasos que son segundos,
se olvidaron los primeros del horror del tercer mundo.

Y "¿qué puedo hacer yo?" pregunto, "¿qué puedo hacer yo?" preguntan.
En la patria del cariño todos los hambres se juntan.
Se fundan pueblos mientras se hunden países,
yo desnudo y de rojo nado en la escala de grises.

No tuve profesor que me enseñase qué es la vida;
en mi opinión, es una colección de heridas
donde el pájaro hace el nido y es el zorro quien anida,
almas con fulgor en su interior son compartidas.

En la espuma del café del silencio que se fue
está la fe que me sostiene viene el pasado a mi ser.
Olvidamos el ayer, recordamos el futuro,
el color de adonde vamos si venimos de lo oscuro.



David Rebollo






Vídeo: