ÚLTIMO TREN
Vida tardía, muerte pronta.
Cuantas veces te vi sin reconocerte
Y cuantas te reconocí sin verte apenas
Que duro este amor para tan blando corazón
Otra grieta en el muro del orgullo
Otro afán en el diván de mi locura.
A veces parece que vivo, pero de repente,
lo caliente se vuelve frío,
la luz se torna sombra
y el hombre se resume en ceniza.
No me importa el cenizal ni la cantidad que se lleve con él.
Solo espero que el dolor me sea leve y no se quede en mi papel.
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