Las hacen sus gestos, no sus promesas.
Son sus detalles, no su rutina.
No son su dinero, son su riqueza.
Las personas no son tales por poseer una casa.
Las personas son su hogar.
El hogar es el amor al amor; El odio al odio.
Somos momentos, buenos y malos; sólo momentos.
Aquel que no lo sepa, desconoce su condición de persona.
David Rebollo.
sí. sí. SÍ!!
ResponderBorrarno se si ets conscient pero amb el que escrius fas que sentir que et conec de tota la vida i que he tingut moltes converses i vivències amb tu. això sembla que pasa a vegades amb alguna gent, és molt molt guai
entiendes el poder de las palabras!
ResponderBorrar