lunes, 26 de abril de 2010

Exilio

Cuando me iba, no pude evitar echar la vista atrás. Era la tierra de siempre gritando como nunca, y sobre su húmedo e impiadoso suelo, mil corazones señalándome.
La decisión más cobarde es la de evitar decisiones. El miedo es un lastre. El odio es un lastre.
El amor me está creando. Estoy en sus brazos, meciéndome entre nubes por un mundo sin fronteras.
Todos somos hijos del amor y nacemos para morir en ese amor, sin embargo, el amor que me mueve y habla por mí es el que colorea mi camino que es mi meta.
La incerteza del final no desvía mi atención en el camino. Camino que creo en cada huella.

Un espíritu libre no se siente prisionero en ninguna jaula.

1 comentario:

  1. Doy gracias por haberte encontrado y por todo y tanto que me aportas. Adoro tu forma de escribir y de sentir. Una abrasada david!

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